Ontonomía

 

“Llamo ontonomía al reconocimiento o al desarrollo de las leyes propias de cada esfera del ser o de la actividad humana, con distinción de las esferas superiores o inferiores, pero sin separación ni interferencias injustificadas. La ontonomía es sensible a las peculiaridades propias de cada ser o clase de seres, sin absolutizar tales regularidades como si no existiesen otros seres, ni esclavizarlas al servicio de entidades más altas, como si el ser inferior no tuviese también sus leyes propias” (Ontonomía de la ciencia. Sobre el sentido de la ciencia y sus relaciones con la filosofía, Madrid 1961).

Ontonomía es uno de los conceptos más fundamentales del pensamiento de RP. Se trata del nómos toû óntos, el nomos interno y constitutivo de cada ser, una contribución de nuestro autor “al mutuo entendimiento y fecundación de los distintos campos de la actividad humana y esferas del ser, permitiendo el crecimiento (ontonómico) sin romper la armonía”. Es un concepto que puede ser crucial tanto para el ámbito del pensamiento (científico, filosófico, teológico-espiritual...) como para la política, la economía y cualquier ámbito de la vida.
Se trata de excluir tanto la independencia separada o desconectada de las esferas particulares del ser (autonomía), como el predominio de unas esferas sobre otras (heteronomía), para llegar a una integración armoniosa de las distintas partes en el todo (ontonomía). La persona es la realidad que permite encontrar un orden ontonómico, al ser “la conjugación de todos los pronombres”. Tras hablar de la etapa de heteronomía en la Antigüedad y la alta Edad Media (que representa una actitud que podía calificarse también como teonómica) y de la crítica humanista que llevó a la actitud de autonomía, nuestro autor habla de la ontonomía, como nueva concepción de la relación entre la criatura y Dios:

“La criatura no es Dios, Dios no es la criatura... La relación entre Dios y la criatura no es ni heterónoma, ni autónoma... La criatura no es Dios ciertamente, pero no es cierto que Dios no sea tambien la criatura... [porque] todo lo que es tiene que ser, de algún modo, Dios... La criatura no es Dios, pero es de Dios, en Dios y por Dios... es con Dios... La estructura óntica que busca la ontonomía no es ni un lazo intrínseco ni una relación extrínseca …
La ontonomía descubre las leyes misteriosas e intrínsecas que permiten el desarrollo armónico de un ser, según su íntima constitución sin hacer violencia a los otros seres. Existe un orden ontonómico que tenemos que descubrir, porque sólo él nos descubre la verdadera estructura del mundo”. (Misterio y Revelación).

El concepto de ontonomía es fundamental en la concepción religiosa de Panikkar. Así lo manifiesta en otro de sus primeros libros, Religión y religiones: “La naturaleza de la religión no depende de la naturaleza autónoma del hombre, sino de su estructura ontonómica como ser en, con y a través de Dios” (Religión y religiones, Madrid 1965). Años después, en la nueva edición de un viejo libro, vuelve a utilizar su concepto de ontonomía, al hablar de la relación entre Dios y los seres:
La reacción humanista contra una cierta heteronomía divina, hizo caer al hombre en el extremo opuesto de una autonomía humana, que lo hace esclavo de si mismo y “víctima del alto concepto que de sí mismo se ha formado”. Frente a esto, Panikkar propone la ontonomía como expresión de la vía media del Buddha: “una vía que llamaríamos ontonómica, para liberar al hombre, tanto de la apoteosis de un Dios exterior como de la absolutización de lo humano”.

 

Raimon Panikkar

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“ Escribir es, para mi, vida intelectual
y también experiencia espiritual …
me permite profundizar el mistero de la realidad.”