Cristianía, cristianidad y cristianismo

 

“Ser cristiano se puede entender como la confesión de una fe personal que adopta una actitud análoga a la de Cristo, en la medida en que Cristo representa el símbolo central de la propia vida. Yo lo denomino cristianía... una nueva, pero genuina, conciencia cristiana... Esta nueva convicción se va extendiendo por todo el mundo, especialmente entre las nuevas generaciones y entre aquellos que se independizan de la sobreinstitucionalización del cristianismo, particularmente del cristianismo oficial” (“L’albada de la cristiania”, Qüestions de vida cristiana 161, 1992).

Cristianía (Christianness) es el encuentro con Cristo en el centro de uno mismo, en el centro de la comunidad humana y en el centro de la realidad. Es una fe personal crística, que quiere adoptar la postura del Cristo (el “principio crístico”) y que vendría a ser “una mutación eclesial” en la autocomprensión cristiana cristiana, más allá de la cristianidad medieval (Christiandom) y el cristianismo moderno (Christianity), en la que pesaría más Cristo como núcleo místico de la fe que la Iglesia (dimensión sacramental) y el cristianismo (aspecto social). No se trata de una realidad totalmente nueva, sino presente en grandes cristianos de la historia, que por eso, resultaron a veces incómodos en la misma Iglesia. Son nombres de egregios cristianos, que vivieron su cristianía después de “superar” la cristiandad y el cristianismo: Tertuliano, Orígenes, Joaquín de Fiore, Dante, Eckhart, Nicolás de Cusa, S. Juan de la Cruz, Teilhard de Chardin, Thomas Merton, Le Saux, etc. Sería una forma nueva y a la vez antigua de concebir la existencia crística, que ha favorecido una doble liberación: de un orden político fijo y determinado (cristiandad) y de la identificación entre ser cristiano y la aceptación de una serie determinada de normas (cristianismo).
Para Panikkar la Iglesia y el mismo cristianismo deben evolucionar desde unas estructuras colectivas rígidas hacia una concepción más personal, la cristianía, que vendría a ser la forma de vivir el hecho cristiano en el tercer milenio, superando el segundo milenio, en el que el cristianismo habría estado demasiado impregnado de cristiandad. Se insiste en la dimensión experiencial y que Cristo no es sólo patrimonio de los cristianos; hablar de cristianía es hablar de una identidad cristiana que va más allá de una pertenencia jurídico-institucional y aún de un consensus doctrinal. Se trata ser “un sediento del reino” y realizar la experiencia de confianza en el Espíritu que tuvo Cristo Jesús.
La mutación eclesial en la autocomprensión cristiana trata de ser nada menos que la “contribución cristiana al cambio cósmico en la aventura del universo” en la que estamos todos implicados (“L’albada de la cristiania”). Lo más novedoso de la apuesta de RP es pretender ir más allá de la mera realidad histórica del cristianismo, para afirmar que la cristianía es un factum, algo que no depende solamente de nosotros. Panikkar precisa el sentido de este factum con una triple distinción: cristianismo (aspecto social), Iglesia (dimensión sacramental) y Cristo (núcleo místico de la fe, principio crístico). Este principio crístico serviría de auténtica identificación para muchos cristianos que se identifican como tales y no se sienten ni alejados de Cristo ni fuera de la Iglesia, a pesar de no obedecer a todas las leyes eclesiásticas; aunque no es una posición individualista, no es “una anarquía incontrolada” (“L’albada de la cristiania”).
En definitiva, la cristianía sería tomar muy en serio la superación de la Ley, sin caer en la tentación de la cristiandad. La experiencia de la madurez cristiana que quiere transmitir el concepto de cristianía surge como una nueva esperanza: encuentro con Cristo en el centro de uno mismo, en el centro de la comunidad humana y en el centro de la realidad.

 

Raimon Panikkar

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“ Escribir es, para mi, vida intelectual
y también experiencia espiritual …
me permite profundizar el mistero de la realidad.”